Han invadido Polonia

El 1 de septiembre de 1939, Alemania invadió Polonia. La realidad es que los nazis, con Adolf Hitler al frente, llevaban mucho tiempo queriendo comenzar una guerra, así que se inventaron que los polacos estaban planificando un ataque a Alemania para justificar aquella invasión. Que no coló, claro, pero ellos ya tenían la excusa. Es un poco como cuando tienes una empresa que se dedica a un sector que puede desarrollar su actividad de manera remota y, en medio de una pandemia mundial, te inventas algo absurdo para justificar que vas a enviar a los trabajadores a la oficina. En el fondo lo haces porque puedes hacerlo, pero a nadie le gusta quedar como un nazi de cara a la galería. Ni siquiera a los nazis. 

 

Manoteras… digo Polonia queda por allí.

 

Lo que pasa es que en las guerras hay muertos, por eso no tienen buena prensa. Porque queda como mal decir que puedes tener a la gente en su casa, sin riesgo de contagiarse de una enfermedad que ha dejado ya más de un millón de muertos en todo el mundo, pero que los vas a hacer volver a la oficina a trabajar porque prefieres poner su salud en juego que reconocer que, en el fondo, eres un gestor pésimo y no has sabido hacer tu trabajo correctamente. Un poco como cuando Hitler culpaba a los judíos de que en Alemania tuvieran que quemar billetes para calentar las hogueras, y no a las consecuencias de la Primera Guerra Mundial que, por cierto, también había empezado Alemania. Pero claro, era mucho más fácil culpar a los judíos e iniciar una limpieza étnica. Los alemanes necesitaban un culpable y los nazis se lo dieron. Y es que de eso va la vida, en realidad, de buscar un culpable apropiado al que mandar a Auschwitz. 

 

Los alemanes no querían escuchar que la culpa de todos sus males era consecuencia directa del tratado de Versalles. Que en realidad, estaban como estaban porque habían sido derrotados en la I Guerra Mundial y no porque los judíos les estuvieran quitando la riqueza. Los judíos lo único que hacían era trabajar y buscarse la vida. Pero claro, tú dile eso a un nazi. Los nazis no te van a reconocer en la vida que en el fondo son solo unos racistas que utilizan el discurso del odio para manipular a las masas. Los jefazos no te van a reconocer jamás que, en el fondo, no eres más que un número de trabajador al que mandan a la oficina porque les importa un bledo si tienes familia, si te contagias o si caes muerto encima del teclado. Bueno, igual eso último un poco más por el tema del papeleo.

 

 

Y, claro, un sheriff no te va a reconocer jamás que la culpa de que el servicio no funcione es suya por no saber gestionar correctamente los recursos, por tener el centro de trabajo infradimensionado, por no saber establecer unas medidas operativas y, en el fondo, no tener ni idea de cómo funcionan de verdad las cosas. Para ganar una guerra hay que visitar las trincheras. Y nosotros de trincheras sabemos un rato.

 

Así que nos vamos a Auschwitz, a que el trabajo nos haga libres… pero que nadie olvide nunca cómo acabó Adolf Hitler. Ni que al final de la guerra, Alemania fue derrotada. 

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