Los riesgos psicosociales

Aunque a la empresa parece darle exactamente igual, dado que lleva meses ignorando nuestras peticiones al respecto, en CGT nos parece tremendamente importante desarrollar una actividad preventiva en cuanto a riesgos psicosociales se refiere… pero es cierto que cuando utilizamos esta palabra la mayoría de la gente no entiende sobre qué hablamos y, sobre todo, no entiende por qué esto debería tener importancia para su actividad laboral. Pues bien, eso es precisamente lo que venimos a explicar hoy. 

 

¿Qué son los riesgos psicosociales?

Como la definición oficial es un poco densa, diremos que básicamente los riesgos psicosociales son aquellos de carácter psíquico y físico que se derivan de la actividad laboral. Un ejemplo claro: el estrés. También podríamos hablar de depresión o ansiedad. 

Pero, aunque son quizás los más visibles, hay otros muchos que con frecuencia pasan desaparcibidos. El INSS los clasifica de esta manera:

  • Efectos a nivel emocional: ansiedad, apatía, depresión, fobias, frustración, nerviosismo, agresividad, disminución de la autoestima, despersonalización.
  • Efectos a nivel conductual: excitabilidad, incumplimiento de los procedimientos, conducta impulsiva, alimentación desordenada, sedentarismo, consumo de alcohol, tabaco, automedicación, etc. 
  • Efectos a nivel cognitivo: bloqueo mental, dificultad para la toma de decisiones, fallos de memoria, disminución de la concentración, aumento de los tiempos de reacción, etc.

Seguramente os suene el Síndrome de Burnout o, como se dice en nuestro idioma el SQT (Síndrome de estar Quemado en el Trabajo). Se caracteriza por agotamiento emocional, por esa sensación de no tener energía, de estar agotado/a, la despersonalización (cinismo y sentimientos, actitudes o respuestas negativas, distantes y frías hacia otras personas) y bajo sentimiento de logro o de realización profesional o personal. Es la consecuencia directa de un estrés crónico que no ha sido resuelto. 

Los factores de riesgo psicosocial

Los factores posiblemente los conozcas, porque es bastante probable que los sufras en tu día a día, pero verlos por escrito es muy ilustrativo a veces, así que vamos a enumerar algunos. 

  • Contenido de trabajo: Tareas sin sentido, cortas, repetitivas, monótonas o, incluso, desagradables. Trabajo poco valorado. Desajuste entre exigencias de las tareas y capacidades del trabajador, bien por exceso o por defecto. Tareas que conllevan trato con público o clientes de los que pueden derivar problemas.
  • Carga y ritmo de trabajo: Carga insuficiente o, lo más habitual, excesiva. Ritmo de trabajo elevado. Ritmos impuestos no modificables (esos famosos call center que te lanzas llamadas sin parar). Plazos estrictos de ejecución. Tiempo inadecuado para el desempeño de las tareas o información inadecuada. Dificultad o imposibilidad de contar con ayuda de superiores y/o compañeros para resolver problemas.
  • Tiempo de trabajo: Trabajo nocturno o a turnos, en fines de semana o festivos. Falta de periodos de descanso. Jornadas excesivamente largas. Falta de desconexión. 
  • Participación y control: Baja capacidad de control sobre el ritmo o la carga de trabajo y aspectos del tiempo de trabajo; turnos, descansos, días libres, vacaciones (por ejemplo esos procedimientos de vacaciones a lo sálvese quién pueda)…
  • Desempeño del rol: Sobrecarga o infracarga de rol; sobrecarga o insuficiencia de funciones, asignación de funciones y responsabilidades añadidas que no se corresponden al puesto.
  • Desarrollo profesional: Estancamiento profesional, poca remuneración, formación inexistente, desequilibrio entre esfuerzo aportado por el trabajador y recompensas obtenidas, falta de reconocimiento. 
  • Relaciones interpersonales: Aislamiento, muy habitual hoy día a causa del teletrabajo, pero paliable si se hacen las cosas bien (que no es el caso).
  • Equipos de trabajo: Equipos de trabajo que impiden la desconexión del trabajador fuera del horario laboral (vamos, básicamente tener a tu coordinador o coordinadora todo el día mandándote mensajitos de whatsapp o mails)

El trabajador que Zelenza desearía tener

 

El problema de las bajas

El mayor problema de estos factores de riesgo psicosocial a la hora de las bajas es que presentan patologías que cuesta mucho catalogar como enfermedad profesional. Es decir, que si tú te tienes que coger una baja por ansiedad, derivada de tu actividad laboral, posiblemente te tengas que ir al médico de cabecera para que te dé una baja por enfermedad común. Eso significa, según el convenio que tengas, que posiblemente pierdas dinero a causa de esta baja. Para empezar, los 3 primeros días de la misma al completo, cosa que en caso de accidente laboral sí se retribuye, y luego el porcentaje que tu convenio no complemente

Esto es también la causa por la que las empresas suelen pasar bastante de la prevención de riesgos psicosociales: porque no les causan un daño económico. Mientras que un accidente laboral lo tiene que pagar la Mutua de la empresa, la IT común la paga la Seguridad Social y eso a ellos les preocupa cero, porque es dinero que se ahorran. Es por esta razón que las empresas invierten más en impedir que te caigas por unas escaleras que en impedir que sufras estrés o ansiedad. Además, al no ser accidentes de trabajo, tampoco tiene que investigar las causas que lo han producido y, por supuesto, no tiene que tomar medidas al respecto. Así que, hablando claro, les importa un bledo.

 

¿Qué quiere hacer la empresa?

Básicamente nada. Intenta cumplir expediente de cara a la Inspección de Trabajo, porque CGT ya ha presentado varias denuncias por este asunto, diciendo que está realizando unos test y que no puede realizar la evaluación de riesgos psicosociales porque la plantilla no los responde. Sí, echa la culpa a los trabajadores y trabajadoras de la empresa. Lo que vienen siendo balones fuera. No atiende tampoco a las peticiones particulares recibidas por parte de ciertas personas trabajadoras y todo lo que saben decir en las reuniones de Comité de Seguridad y Salud Laboral es que «están trabajando en ello». En algunos casos llevamos más de dos meses a la espera de ese trabajo que no llega, sin que tan siquiera hayan informado a la persona afectada de que se está realizando dicho trabajo. 

En nuestra opinión, el trabajo en prevención de riesgos laborales de la empresa es altamente deficitario. Tuvo que ser CGT quien interpusiera las correspondientes denuncias a la Inspección de Trabajo para que se revisara el aforo de Avenida de San Diego, que era de 400 personas en aquel momento cuando, por el número de salidas de emergencia disponibles, debe ser de 100 personas. O para que se despejara la vía de evacuación de Almendrales y se quitaran las cajas que ocultaban los extintores. Luego vemos casos como el del trístemente famoso restaurante de Manuel Becerra y nos llevamos las manos a la cabeza, pero la prevención de riesgos laborales busca evitar muertes innecesarias. Y, aunque a priori una oficina no pueda parecer lo más peligroso del mundo, los riesgos existen y es necesario un trabajo para evitarlos. Un trabajo que Zelenza realiza tarde, mal y a la fuerza. Lo que vemos es desinterés y desidia, además de una gran irresponsabilidad. 

El departamento de Prevención de Riesgos Laborales de Zelenza

 

¿Qué propone CGT para Zelenza?

Realizar un estudio serio de los factores de riesgos psicosociales existentes en la empresa, mediante entrevistas confidenciales realizadas por la RLPT a las personas trabajadoras, observación de los puestos de trabajo y la propia experiencia personal, así como la habilitación de un canal de denuncias anónimo. Entendemos que para solucionar el problema lo principal es identificarlo, pero obviamente también es necesario implementar medidas que lo erradiquen. Por ejemplo, aunque entendemos que los turnos de trabajo y el horario nocturno es una necesidad de servicio, consideramos que se podría reducir el riesgo psicosocial derivado de esto entregando una planificación anual a los trabajadores y trabajadoras adscritas a esta modalidad de trabajo, con el fin de que pudieran organizar su vida personal y reducir así los riesgos derivados de esto. 

Para las personas que se encuentran en teletrabajo proponemos una mayor integración en los equipos, con reuniones semanales con los compañeros y un canal de comunicación propio, sin control de coordinadores o coordinadoras. Más medidas como remuneraciones justas y adaptadas a la categoría profesional, incentivos, formación adecuada al puesto de trabajo y también destinada al desarrollo de la carrera profesional, un protocolo de desconexión digital, un procotolo de vacaciones justo y equilibrado, un dimensionamiento adecuado de la carga de trabajo, garantizando la sustitución de las personas de baja (en lugar de repartir su trabajo entre el resto), la regulación de las disponibilidades para evitar que se utilicen en todo momento y para todo, una evaluación justa de los kpis y otros criterios de medición de trabajo y los objetivos, ya que los actuales nos parecen un absoluto despropósito… en fin, como trabajadores y trabajadoras que somos, conocemos los problemas a los que nos enfrentamos a diario. 

 

 

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