Sayonara, baby
Últimamente nos llevan muchas consultas de personas que han causado baja voluntaria en la empresa y, al hacerlo, se han encontrado con problemas. Y tú pensarás, ¿de verdad esta empresa me puede seguir dando quebraderos de cabeza cuando me vaya? Pues mucho nos tememos que la respuesta es sí.
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Cómo despedirte de la empresa
Lo primero y más importante es que tengas claro que quieres hacer: ¿te quieres ir para siempre y no volver jamás? ¿Prefieres dejar la puerta abierta por si algo no sale bien y te toca volver?
Para lo primero hablamos de una baja voluntaria, para lo segundo de una excedencia voluntaria. Las excedencias las explicamos con profundidad en este artículo, así que te recomendamos leerlo. La ventaja principal de una excedencia es que te vas, exactamente igual que si firmas una baja voluntaria, pero dejas una vía abierta por si te toca volver.
Si tienes claro que te vas para no volver, lo suyo es que informes de tu baja voluntaria.
La baja voluntaria
Vaya por delante que no te animamos a pedir la baja voluntaria si lo que te está pasando es que se vulneran tus derechos, se te modifican las condiciones de trabajo o se te acosa laboralmente. Ante estas situaciones no hay que irse, hay que plantar cara. Y en esta web encontrarás mil maneras de hacerlo.
La mejor manera de presentar tu baja voluntaria es hacerlo por escrito. Y no, es mejor que no utilices el WhatsApp. Tienes un correo corporativo para algo, así que utilízalo para informar a Recursos Humanos de que causarás baja en la empresa. En Internet hay cientos de modelos de carta para hacer esto.
Aunque en principio un correo electrónico debería bastar, lo mejor es siempre entregar la carta en mano en la empresa y que te la devuelvan firmada, como acuse recibo. Aunque sabemos que actualmente con el teletrabajo es más complejo todo esto, sigue siendo nuestra opción preferida porque esta empresa destaca particularmente por no dar respuesta a los correos de los trabajadores… y quizás te veas esperando semanas a que te digan algo al respecto.
El finiquito
Lo primero y más importante: las reuniones con la empresa se graban SIEMPRE. Si te vas a encerrar en un despacho con Recursos Humanos para hablar de tu finiquito, lleva el móvil en el bolsillo y graba la conversación.
Lo segundo: el finiquito se paga al finalizar la relación laboral. Firmes o no firmes. Vayas o no vayas a recogerlo. Devuelvas o no devuelvas el portátil. El día que se acaba la relación laboral el finiquito tiene que pagarse. Y punto. Jamás firmes bajo ningún concepto un finiquito sin haber cobrado. Firmar el finiquito es declarar que has recibido el dinero. Y si no es así, a menos que seas una persona muy altruista y tu intención sea regalar el dinero de tu trabajo a la empresa, NO FIRMES. O, si te da mucho apuro no firmar, firma como «CANTIDADES NO RECIBIDAS o PENDIENTE DE COBRAR».
Lo tercero: revisa tu finiquito. Tiene que incluir el salario que tengas pendiente de percibir, la parte proporcional de la paga extraordinaria y de las vacaciones pendientes de disfrutar (siempre y cuando hayas dado el preaviso oportuno) y, por supuesto, también otros conceptos, como horas extraordinarias que te deban. Si faltan cantidades no firmes o firma NO CONFORME.
¿Y si no me pagan?
Si la empresa no te paga el finiquito tienes un año para reclamarlo. Puedes intentar algo medianamente amistoso primero, como enviarles un burofax reclamando el pago del mismo. O puedes poner directamente una papeleta en el SMAC, que es gratis. Y, si nada de esto funciona, pues te tocará reclamarlo a través de Juzgado de lo Social.
Y lo mismo si te lo pagan pero no estás conforme con el importe recibido.
En resumen
Para concluir, lo más importante y lo que debes grabar a fuego en tu cerebro: JAMÁS SE FIRMA UN FINIQUITO CON EL QUE NO ESTÁS CONFORME. Ya sea porque no te pagan lo que te tienen que pagar, ya sea porque no te pagan.