Entrevista a Digitex

 

Recientemente hemos tenido acceso a este escalofriante documento, una entrevista que bien podría ser totalmente falsa o poder ser completamente cierta, que nos ha remitido un conocido periodista de investigación.  O que nos acabamos de inventar. Todo es posible, la imaginación pone el límite :p 

 

El representante de Digitex nos cita en la Sexta Planta. Ha pedido preservar el anonimato, por lo que no daremos su nombre real.  La entrevista tiene lugar en un despacho en el que podemos ver una pizarra con fotografías de carnet. Algunas de ellas están tachadas.  Otras tienen cuernos de demonio pintados.

 

Buenos días.

¿Qué has dicho? ¿Me has amenazado? ¡Despedido!

Eh… solo he dicho buenos días.

¡Y yo he dicho que despedido!

No me puede despedir, no trabajo en esta empresa.

¿Ah, no? ¿Estás seguro? 

Completamente.

Bueno, ¿y no te interesará entrar a formar parte de la familia Digitex, verdad? 

Pues no lo sé, depende de las condiciones.

¿Condiciones? ¡Las mejores! ¿Qué te has creído, que esto es un chiringuito? Esta es una gran empresa, ¡una multinacional! Si tenemos un montón de nombramientos cada semana de gente superválida que hace cosas superimportantes. 

Ah, sí, ¿como qué?

¡Y yo qué sé! Lo ponen todo en inglés y no me entero, pero tiene que ser algo importantísimo porque mandan un comunicado a toda la plantilla y te ponen tu foto ahí y todo. 

Entonces, si decide contratarme, ¿enviarán un comunicado?

Eh… yo no he dicho eso… eso es solo para los de la Sexta, la chusma de la cuarta entra y sale y aquí no se enteran ni los de recursos humanos. 

Ja, ja, ja…

No era un chiste, es verdad. A veces los despedimos y tardan una semana en darse cuenta y luego son todo prisas porque, claro, resulta que tenemos al chaval ahí perdido y desorientado en la cuarta planta, sin saber si sigue trabajando para nosotros o no, los llamamos los trabajadores de Schrödinger. 

¿Y tienen muchos?

¡Y yo qué sé! ¿Lo sabes tú? ¿Quieres ser coordinador? Creo que tenemos algún hueco libre.

Pues no lo sé, ¿qué horario tendría?

¿A ti te gustan los atardeceres y los amaneceres?

Eh… sí, supongo.

Pues estás de suerte, los podrías ver todos desde la azotea del edificio. Una maravilla. 

Eso quiere decir que…

Aquí se trabaja de sol a sol, y cuando no se está trabajando se está con el móvil encendido y en la mano por si te llama alguien. 

No sé si eso es muy legal…

¿Legal? ¿Qué eres, un sindicalista de esos? 

No, no… yo… dígame, ¿se cobra mucho?

Depende de si hablamos de dinero. 

Eh.. ¿de qué íbamos a hablar si no?

¡De sentimientos! Es con lo que pagamos aquí. Dime, ¿tú te sientes Digitex?

Yo… eh… no. Ni siquiera trabajo aquí.

Ese es el problema, ¿ves? Las empresas hay que sentirlas, los problemas de la empresa tienen que ser tus problemas, ¡tienes que casarte con la empresa! ¡La empresa tiene que ser tu familia, tu vida entera!

Entiendo que de conciliación familiar ni hablamos.

¿Conciliación familiar? ¿De verdad que no eres sindicalista? Hablas igual que esos piojosos de CGT.  Ahora quieren que firmemos un Plan de Igualdad, ¿te lo puedes creer? ¿Igualdad de qué? Si aquí tratamos a todo el mundo igual: MAL. No creo que nadie pueda quejarse sobre eso. 

Creo que voy a tener que declinar su oferta de trabajo.

¿Oferta? ¿Qué oferta? ¿Pero yo a ti no te había despedido? ¡Dame un rotulador! ¿Dónde está tu foto, que te tacho? 

 

Dejamos del despacho dejando al representante de Digitex desorientado, buscando desesperadamente nuestra imagen en la pizarra.  Al salir, nos tropezamos con un repartidor de correo. Lleva un burofax en la mano. 

 

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