Reclama tus derechos en 7 cómodos pasos

 

Se te ha caído la venda de los ojos. De repente, has comprendido que no vas a heredar la empresa. Te has dado cuenta de que estás haciendo una disponibilidad que no tienes firmada, horas extraordinarias que nadie te paga o de que tus cuadrantes son ilegales o te han mandado una cartita diciéndote que a partir del martes vas a empezar a hacer turnos rotativos o a plancharle los pantalones a tu coordinador. Entonces piensas…y ahora, ¿qué hago?

 

Documéntate

 

Lo primero y más importante siempre: aclara ideas. Recopila todas las pruebas que tengas: emails que te hayan enviado, conversaciones telefónicas que hayas grabado, cuadrantes, contrato, nóminas… es importante que tengas dos cosas claras: cuál es tu convenio y cuál es tu categoría, ambas las puedes consultar en tu contrato de trabajo.  

 

Lee

 

Lo sé, no os gusta leer leyes. Es un tostón, no se entiende nada y encima hay un montón de puntos, que a saber cuál es el que te interesa a ti. Tranquilo, a tu empresa tampoco le gusta, por eso tiene su propio Estatuto: el Estatuto de sus Santas Narices… pero es que aunque a nadie le guste, el Estatuto de los Trabajadores es la Biblia en cuanto a legislación laboral se refiere. Y posiblemente en él encuentres la solución a la mayoría de tus problemas. Tampoco puedes olvidarte de tu convenio, aquí te dejamos un resumen del de Consultoría y otro del de Comercio del Metal, para ponértelo más fácil. 

 

Inténtalo por las buenas

 

Cuando tengas claro qué pasa y qué derechos tienes, ha llegado el momento de escribir a la empresa. Un intento de buenas, una oportunidad. Eso sí, siempre con acuse recibo, que quede constancia de que tú lo has enviado porque, ya te adelanto, no te van a responder. Pero tú la prueba de que lo has intentado ya la tienes. 

 

Y si no…

 

Nos toca ponernos serios. La empresa no te ha hecho ni caso, ni te ha respondido o, lo que es casi peor, te ha dicho que no tienes razón porque en el Estatuto de sus Santas Narices dice que ellos siempre tienen la razón en todo y que, además, no te quejes demasiado porque cada vez que un trabajador protesta muere un gatito. Pero ya no cuela. Pues tranquilidad, que aquí te dejamos varias ideas de lo que puedes hacer.

 

  1. Consulta al Comité de Empresa. No te van a resolver el problema, eso tenlo claro, pero posiblemente sí que te sepan asesorar y decir si lo que te está haciendo la empresa es legal o no.
  2. Consulta a esta Sección Sindical. Esto lo preguntáis mucho: ¿qué diferencia hay entre una sección sindical y el comité de empresa? Pues la misma que entre un huevo y una castaña. Básicamente la Sección Sindical es una representación del sindicato en la empresa, las secciones suelen tener un delegado o varios en el Comité de Empresa, pero no son el Comité de Empresa. Son representantes legales de los trabajadores sí, pero no delegados de personal. Es complejo, lo sabemos. El caso es que nos puedes preguntar y nosotros te intentaremos asesorar lo mejor que podamos. No te vamos a cobrar nada, no te vamos a pedir que te afilies y nos va a dar bastante igual si estás afiliado o no. Pero eso sí: no podemos actuar en tu nombre. Te podemos contar cómo pescar, pero te va a tocar a ti mojarte el culo.
  3. Consulta a un abogado. Normalmente esto no os gusta mucho porque hay que aflojar el bolsillo y, claro, eso ya es pinchar en hueso… pero es que hay cosas que requieren sí o sí de la intervención de un abogado. Y, no sé, una consulta a un abogado de CGT cuesta 30€ (gratuito para afiliados) y la diferencia entre un despido disciplinario y un improcedente es de 33 días por año trabajado… que yo creo que la mayoría de las veces sale a cuenta, pero eso ya va a valoración personal de cada uno. Lo que sí que deberíais tener presente es que cada derecho que perdéis es un derecho que no vais a recuperar
  4. Pon una inspección de trabajo. Fácil y para toda la familia. Si tienes un DNI electrónico y un lector, no necesitas ni salir de casa para ponerla. La Inspección actúa de oficio, así que la empresa no va ni a sospechar que la has puesto tú y el inspector en ningún caso va a decir tu nombre … Recuerda, eso sí, aportar todos los datos posibles y tantas pruebas como tengas. ¿Qué cosas puedes denunciar? Pues cuadrantes ilegales, por ejemplo. Horas extras no cotizadas. Cualquier incumplimiento en materia de prevención de riesgos laborales, jornadas de trabajo que excedan los límites de convenio, contratos en fraude de ley…
  5. Pon una papeleta en el SMAC. Hay cosas que tienen que ir a los Juzgados de lo social sí o sí: modificaciones sustanciales, despidos, sanciones, reclamaciones de cantidad… para todo esto te va a tocar denunciar a la empresa (y ojo, porque el plazo suele ser de 20 días, así que no te duermas en los laureles. Lo normal es que antes de poner una denuncia, inicies un proceso de mediación y arbitraje, y para eso está el SMAC.  La papeleta la puedes rellenar tú mismo y presentarla incluso telemáticamente, aunque suele ser aconsejable que te la redacte un profesional… pero si no te quieres gastar dinero, pues la rellenas tú y listo. 

 

Pierde el miedo

 

Esto es lo más importante. Muchos de vosotros tenéis miedo a quejaros, a alzar la voz. Protestáis y os quejáis de situaciones injustas, de flagrantes violaciones de vuestros derechos como trabajadores… pero en voz baja para no molestar. ¿Sabes por qué trabajas ocho horas diarias y no catorce o dieciséis? Porque hace 100 años trabajadores como tú y como yo dijeron basta, hicieron una huelga que duró cuarenta y cuatro días y paralizaron prácticamente todo la industria catalana. Por supuesto, mientras duró la huelga no cobraron. Muchos fueron despedidos. Algunos, incluso, asesinados. Pero no se callaron, ¿sabes por qué? Porque cada vez que un trabajador se calla pierde un derecho que no va a recuperar nunca

 

Yo sé que te da igual un grupo de trabajadores de hace cien años, que la situación es complicada y que no te puedes arriesgar a perder un puesto de trabajo pero te cuento un secreto: raro es que la empresa despida a un trabajador que los ha denunciado. Sería de tontos porque, en el mejor de los casos es un improcedente y en el peor un nulo. Que lo pueden hacer, ojo, que esta gente por lista no destaca y que a veces les hablas del Estatuto y te ponen así una cara como si les estuvieras hablando en swahili, pero por suerte eso lo deciden los jueces que son unos señores que se saben el Estatuto de memoria.

 

No seas egoísta

 

Cada derecho que tú te dejas quitar, es una pérdida que otro va a heredar. Y a lo mejor tú te vas de la empresa, pero otro ocupará tu lugar y tendrá exactamente el mismo problema que ahora tienes tú… y puede que no tenga la opción de largarse. Por eso, cuando estás tan quemado como para largarte, enciende una cerilla antes de hacerlo. Y luego ya, si quieres, cierra la puerta. Pero deja el terreno allanado para el siguiente.

 

Afíliate

 

Tranquilidad, que no te voy a dar la chapa sindical. Solo quiero que sepas para qué sirve afiliarse ,aparte de las ventajas evidentes de tener un servicio jurídico gratuito y un representante sindical que te cuenta cómo son las cosas de verdad y por qué la empresa te está tomando el pelo. Afiliarte no sirve para que cuando venga enero con las rebajas tú ya tengas el abogado pagado, no. Eso está bien, pero no es lo más importante. Afiliarte sirve para darnos fuerza, para que cuando yo vaya a negociar con la empresa (y te sorprendería todo lo que se puede negociar de manera colectiva) la empresa diga, ojo, vamos a prestar atención porque esta gente tiene chorrocientos afiliados y nos subleva al personal. Afiliarte sirve para que cuando se negocien los convenios, de los que dependen cosas tan importantes como lo que vas a cobrar cada mes, haya gente en la mesa que de verdad quiera luchar por tus intereses y no ir a cumplir el expediente y firmar lo que le pongan por delante. Afiliarte a un sindicato, a cualquiera, al que creas que mejor representa tus intereses, es una forma de luchar por tus derechos. 

 

 

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